Por Sin Reservas
El geólogo, académico y ambientalista, Osiris de León, exhortó al gobierno, a las alcaldías, a los congresistas, al empresariado, a los ambientalistas, a los médicos y no solo a estos emcionados, sino a todo el país, a trabajar de manera urgente para reducir los altísimos niveles de contaminación bacterial de las aguas superficiales y subterráneas.
Esto, en virtud, de que ante la ausencia de adecuados sistemas de alcantarillados sanitarios y plantas de tratamiento de aguas cloacales; ante la ausencia de una ley de Ordenamiento Territorial; ante la ausencia de planes locales para el correcto uso urbano e industrial de los suelos municipales y ante la ausencia de un programa de monitoreo permanente de la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, el principal problema ambiental que hoy afecta a todos los dominicanos es la severa contaminación cloacal-bacterial de nuestras aguas, lo cual se traduce en incremento de las enfermedades vinculadas al uso y al consumo de aguas contaminadas con muy altos niveles de coliformes fecales.
De León, externo sus advertencias a propósito de haberse celebrado el pasado día 05 de este mes el Día Mundial del Medio Ambiente, asegurando que es muy lamentable celebrarlo viendo el horroroso y crónico nivel de contaminación cloacal de grandes ríos urbanos como el Ozama, Isabela y Haina de Santo Domingo los cuales reciben todo tipo de desechos cloacales procedentes de letrinas, sanitarios, granjas, mataderos y basureros; o ver la grave contaminación cloacal del río Yaque del Norte en Santiago de los Caballeros, en los sectores Yapur Dumit, La Otra Banda y Rafey, donde el agua es totalmente cloacal.
Por igual, también está el caso del río Licey, que recibe todo tipo de excrementos procedentes de cientos de granjas de pollos y de cerdos de Moca y Licey. Lo mismo pasa con el caso del río Maguá que al atravesar los núcleos urbanos de Hato Mayor recibe todo tipo de contaminación cloacal procedente de retretes, mataderos, granjas y basureros, por lo que muchas veces los médicos y los ambientalistas hemos denunciado que el uso del agua contaminada con Escherichia coli, Ameba, Klebsiella, Enterobacter, Citrobacter y Estreptococo provoca enfermedades a la población dominicana y a nuestros visitantes.
Expresó que el Ministerio de Medio Ambiente, el Ministerio de Salud Pública, los médicos y los ambientalistas, tenemos el deber de exigir al Gobierno, al Congreso, a los alcaldes y a la Liga Municipal Dominicana, mayores presupuestos para la construcción de adecuados sistemas de alcantarillados sanitarios y plantas de tratamiento de aguas residuales.
Exigir a los dueños de granjas y mataderos que se provean obligatoriamente de biodigestores u otros sistemas de tratamiento de sus desechos bacteriales; demandar que todos los vertederos de basuras estén provistos de membranas geotextiles impermeables que aíslen sus lixiviados, y exigir a la hotelería instalar sus propios sistemas de alcantarillados sanitarios y plantas de tratamiento, porque este gravísimo problema de contaminación cloacal bacterial debe ser atendido y detenido con carácter de urgencia.
Finalmente, dijo que también debemos exigir a las industrias tratar sus efluentes líquidos químicos antes de verterlos en los cauces de cañadas, arroyos y ríos; exigir a las plantaciones agrícolas reducir el uso de plaguicidas, herbicidas y fungicidas agresivos a las aguas y al medio ambiente, y exigir a las empresas mineras que explotan minerales sulfurosos neutralizar o alcalinizar sus aguas ácidas antes de verterlas a los ríos y arroyos vecinos.